He conocido caminos que se cerraban antes de llegar a ellos y tenían un cartel de Prohibido pasar. Otros llenos de piedras, ramas y espinas, de esos difíciles y engañosos; esos que, cuando menos te lo esperas, te hacen sangrar
O caminos de sol y arena, esos que me llevaron directa al mar; esos que me broncearon la piel, me acariciaron y me hicieron sentir sirena.
He seguido caminos sin brújula, mapa ni planes; con prisa y sin destino, sintiéndome capaz de desafiar cien huracanes.
Y caminos que acababan en abismo, los que hacen decidir si todo o nada, si cara o cruz, si salto o freno, si entrega o egoísmo.
También he recorrido autopistas de peaje caras, lisas y aburridas. Y carreteras de montaña frías, complicadas y a las que siempre busqué una salida.
Y, al final, me doy cuenta…son las personas las que hacen los caminos. Por eso, desde hace tiempo, quiero caminos con vida, personas con alma, con luz; de esas que, a poco que te lo permitas, te enseñan caminos nuevos, únicos, emocionantes y carreteras infinitas.
… se hace camino al andar.
Con caminos o campo a través lo importante es el viaje del caminante, sólo o en compañía.
Abrazos… 🙂
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Cierto, es el viaje. Un abrazo de vuelta.
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Hay caminos que nos gusta recorrer unaby otra vez por lo plancentero del destino y la belleza del paisaje y hay caminos que usamos para leer, benditos sean tus pasos por cada camino Marta; bellísmo.
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Reblogueó esto en passatgesert's thinking ….
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Es verdad que bonitos hacemos aquellos caminos, con algunas plantas , arboles, algun cenizo , y algún zarzal ,que sabemos y nos atrevemos a trazar. Besazos Marta.
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Es así. Besos de vuelta 💙
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